Ullibarri Viña / Hilivarri de Vina / Hurivari / Hurivarri Divina / Ullivarri Viña / Ullíbarri Viña / Ullívarri Viña / / Uribarri Dibiña / Villibarri de Vin / Vllívarri Viña

Baptismal font listed and illustrated in López de Guereñu [https://photo.araba.eus/s/photoaraba/item/66092] [accessed 6 August 2024]: "pila bautismal de la iglesia de la Asunción de Nuestra Señora [...] Detalle de la copa de la pila bautismal; presenta una decoración de leones rampantes y castillos alternando cobijados por arquerías de medio punto sobre es beltas columnas. En las enjutas, construcciones almenadas". Described and illustrated in Bilbao (1994) as a Romanesque baptismal font of the 13th century worthy of note for the quality of the work as well as for its state of preservation; the sides of the basin are ornamented with an arcade of round arches that contain rampant lions and three-tower fortresses (one of the sides of the basin, at the back, is rough, unfinished); there are building motifs in the spandrels of the arcade; the lower basin side is ornamented with a braid or garland of oval links that is broken at the side corresponding to the unfinished part of the basin, where, most surprisingly, a three-head protrusion appears; the underbowl is ornamented with acanthus leaves; the base is a columnar cluster; the square lower base has prominent ball motif a the angles. Bilbao (ibid.) cites entries in López de Guereñu and Portilla. The unevenness of the lines, specially those on the lower side of the basin, suggest that the carvers did not traced a preparatory sketch on the stone. The entry for this church in the Enciclopedia del románico [https://www.romanicodigital.com/sites/default/files/pdfs/files/alava_ULLIBARRI-VIÑA___URIBARRI-DIBIÑA.pdf] [accessed 6 August 2024] dates the font also in the 13th century: "Esta iglesia tiene una pila bautismal, del siglo xiii, que merece ser destacada tanto por su calidad artística como por su vistosa ornamentación y buen estado de conservación. Recientemente ha sido trasladada al presbiterio desde el angosto recinto que servía de baptisterio. Arranca la pila de un basamento, que es copia de la basa de una ancha columna, con círculos concéntricos en su parte superior y adornos de bolas sobre las lengüetas angulares. Se le superpone un pie compuesto por un núcleo central, rodeado por cuatro columnillas que sostienen la taza en forma de copa, ornamentada con una distribución en bandas regulares. La copa consta de una galería de arcos de medio pun- to apoyados sobre esbeltas columnas, con basa y capitel geométrico. En las enjutas van encajados castilletes almenados con cuatro o cinco vanos. Bajo los arcos se alternan castillos con tres torres escalonadas y puerta abierta de arco de herradura apuntado, y leones rampantes con graciosas cabezas doblegadas hacia afuera. Garbiñe Bilbao indica que en los castillos de esta pila bautismal se destaca especialmente la puerta y, lo que en principio no es sino la entrada a un recinto cerrado, toma una tendencia claramente iniciática en la iconografía cristiana, puesto que Cristo dice: “Yo soy la Puerta. El que entre por mí, se salvará”. Así, el Sacramento del bautismo libra al hombre del pecado original y con ello abre las puertas de su salvación. Por su parte, J. Javier López de Ocáriz señala que el despliegue de un carácter tan emblemático como castillos y leones, muestra la fuerza de impacto en la zona de unos gustos señoriales por la heráldica y por la atracción hacia la pujante corona castellano-leonesa, según puede documentarse en las grandes familias de la zona, como la poderosa casa de Mendoza. Aunque diferentes, ambas interpretaciones no son excluyentes e incluso podrían considerarse complementarias. La subcopa o casquete inferior se organiza como una flor abierta, de pétalos simples y nervios marcados. A ella se le superpone una estrecha banda con entrelazos de tres juncos que se abren hasta formar óvalos en su interior y se decoran con perlas en los ángulos, a ambos lados de las intersecciones. La zona posterior de la copa se ha quedado sin decorar, lo cual no resultaría extraño si no fuera porque en este espacio sobresale una protuberancia pétrea, que rompe la regularidad de la taza, y que se aprovechó para decorar con un trío de cabezas humanas siamesas muy esquemáticas. [NB: the heraldic nature of the carving and the thickness of the basin and shape of the inner bowl suggest a later date than the 13thC usually assigned to this font].